Jerez de la Frontera se encuentra en un rincón cálido en el suroeste de España y es una ciudad con una larga tradición vinícola. Su clima templado y sus amplios recursos naturales, han alentado a las personas a construir sus hogares en esta zona desde la antiguedad.
El verdadero vino fortificado de Jerez proviene de los viñedos que rodean la ciudad, que es el centro de la industria productora de "Sherry" o vino de Jerez, y sus vinos deben madurarse dentro de los límites de la ciudad o en alguno de los dos pueblos limítrofes costeros de Santa María y Sanlucar de Barrameda. Estos tres puntos forman el llamado "triángulo mágico de Jerez".
Solo a unos pocos kilómetros de Jerez, donde el Río Guadalete desemboca en la bahía de Cadiz, se encuentra El Puerto de Santa María, cuyo centro histórico es por un lado productor de vino y por otro lado puerto pesquero. Hoy en día un centro turístico de primera clase gracias a la calidad excepcional de sus playas y su ubicación privilegiada en el corazón de la bahía.
Un poco más hacia el Norte encontramos Sanlucar de Barrameda, justo enfrente de la reserva natural Coto Doñana ubicada en la desembocadura del río más simbólico de Andalucía, el Guadalquivir. Ciudad de noble linaje y origen de la Manzanilla, un vino con características frutales únicas debido a la proximidad con el mar que consigue su máximo explendor cuando se acompaña de los maravillosos platos locales.
Estos tres centros urbanos forman también un triángulo de experiencias únicas para acercarte a la rica cultura del vino. Adicionalmente, podemos aventurarnos en diferentes experiencias náuticas tales como navegar por la bahía de Cadiz en un catamarán, así como disfrutar de la cultura del caballo y el flamenco en los tabancos o "despachos de vino" de Jerez. Sin duda los arroyos del Río Guadalquivir y el Parque Nacional de Doñana rematan los elementos básicos del marco de Jerez, todo ello le invitará a prolongar su estancia para conocer la región, más allá de visitar bodegas y disfrutar de su reconocida gastronomía.